Si los programas de viajes ya estaban bastante quemados, últimamente Mediaset, con su política de programación, ha terminado de darles la puntilla. Y es que no hay momento en el que hagas zapping y no encuentres “Callejeros Viajeros” en cualquiera de los canales del grupo: en cuatro, la siete, la nueve, etc.
Una pena, porque este formato, en sus diferentes variantes, ha sido uno de los más populares de los últimos años. El pionero fue “Afers Exteriors” en TV3 presentado por «Mikimoto», Miquel Calçada, que se empezó a emitir en 2003. Un programa que en sus primeras temporadas consiguió audiencias medias de más del 20% de share. Sin embargo se vio envuelto en polémica, como cuando dedicó uno de sus capítulos a España.
Después llegó “Madrileños por el mundo” de Telemadrid, la versión viajera del programa “Mi cámara y yo”. Aquí el formato evolucionó. Ya no era un sólo presentador si no que había cuatro o cinco reporteros. Además, en un principio, intentaban simular que esos reporteros además de hacer las preguntas eran los que grababan, cuando en realidad viajaba también un operador de cámara. Para ello elaboraron todo un protocolo que incluía, entre otras medidas, que el periodista saludase a los entrevistados con la izquierda para dar a entender que lo hacía porque con la derecha estaba grabando.
Más tarde aparecieron programas de viajes en Andalucía, Aragón o Castilla-La Mancha. Éstos se centraban más en las historias personales que en mostrar los países. Y funcionaron porque el espectador se identificaba con la forma de mostrarles los países que tenían sus paisanos. Entonces TVE vio el filón y encargó a nivel nacional «Españoles en el mundo», que nació con acusación de plagio por parte de Telemadrid.
Y llegó el ya mencionado “Callejeros Viajeros”, que a pesar de su “quemazón”, no ha sido el último: Mario Picazo produjo su versión meterorológica con “Climas Extremos” y ahora Cuatro tiene en antena “¿Que hago yo aquí?”.
La conclusión es obvia: ¿da la burra para más o está ya ordeñada del todo?