Mes: noviembre 2013

«BLUE JASMINE» DE WOODY ALLEN

KATE BLANCHETTCon las pelis de Woody Allen me pasa como con las de Almodovar. Nunca me dejan indiferente. O me apasionan o me producen rechazo . Y «Blue Jasmine«, a pesar de las buenas críticas que ha recibido, es de las segundas. Es verdad que la interpretación de Cate Blanchett es muy buena. También es cierto que hay algunas secuencias que te hacen reir. Pero esta película deja mal cuerpo.

BLUE JASMINE RIENDOSETodos los protagonistas sufren desgracias y además sus historias no dejan resquicio a la esperanza. Me parece bien la crítica que se hace del modelo capitalista y del egoismo humano, pero creo que las personas no sólo nos movemos por interés. Me niego a pensar que sólo nos impulsa el dinero, y que todos nuestros actos los hacemos pensando en lo que vamos a sacar de nuestras novias, hermanos o maridos. Y eso es lo que subyace a lo largo de todo el metraje. ¿Dónde está el Woody Allen tierno de «Midnight in Paris»? ¿O el Allen que dio en el clavo con la intrigante «MatchPoint»?

WOODY ALLEN BLUE JASMINEEn «Blue Jasmine» la trama no avanza y es demasiado obvio todo lo que cuenta. Trata de tontos a los espectadores diciéndoles «fíjate qué malos son los especuladores» o «mira qué mal trata a su hermana». Me ha defraudado mucho. ¿Será la edad de Woody o que ha perdido definitivamente la fe en el ser humano? No lo sé, aunque , como este señor es tan prolífico, segura que en 2014 tenemos otra historia suya para poder opinar.

EL MEJOR SKETCH DE BUENAFUENTE

BUENAFUENTEBuenafuente ha vuelto en forma y la audiencia le está respondiendo. Muchos dicen que hace lo mismo de siempre, que no ha evolucionado. Sin embargo el showman catalán sabe dar una vuelta de tuerca a sus programas. No en vano se le ha considerado en los últimos años el  padre televisivo del humor de vanguardia.

BERTO WALT DISNEYHa renovado las caras de los colaboradores, a excepción de su inseparable Berto, y está triunfando, en mi opinión, gracias a la vuelta a sus orígenes. Aquellos tiempos en TV3 donde tenía libertad absoluta, lo que llevaba a su equipo a idear los sketches más originales.  Sin duda, llegó a la cima con uno a la altura de los mejores de «Martes y Trece».
Aparece un arcón congelador gigante en plató y el propio Buenafuente no sabe qué hace eso ahí. De repente sale de dentro un venerable anciano con la cara helada y Andreu le pregunta quién es. Éste contesta: «¿quién voy a ser?, pues Walt Disney«. Carcajada general y a partir de ahí bromas relacionadas con la menestra congelada, los canelones y debate sobre la criogenización. Verdaderamente brillante.

Años despúés retomó este gag con Berto de actor y otro formato. No salió tan redondo, aunque tuvo sus buenos  momentos ofreciendo sanjacobos a diestro y siniestro, o quejándose de que el aire acondicionado estaba muy alto.
Esta semana ha  superando en seguimiento a ese «pastiche» raro de programa que es «Se enciende la noche» de Jordi González. El futuro, sólo los espectadores lo decidirán.

UNA CUESTIÓN DE TIEMPO: ODA A LA PATERNIDAD

CUESTION DE TIEMPO 3A priori «Una cuestion de tiempo» puede parecer una comedia romántica al uso, pero eso es solo el envoltorio. En mi opinión esconde dentro una hermosa alabanza a las relaciones entre padres e hijos. El director Richard Curtis acierta con los personajes y apela a los sentimientos, al igual que hizo en el guión de «Cuatro Bodas y un funeral», «Notting Hill» o «Love Actually».  Aquí se centra en tres de los personajes y, aunque no es tan coral como sus anteriores éxitos, también hace brillar a los secundarios.

BILL NIGHYEl trío principal realiza interpretaciones creibles y carismáticas. La película gana sobre todo en las secuencias de Bill Nighy, actor británico con más de 40 pelis en su currículum. Pero también funciona la química que se palpa entre, Rachel McAdams, siempre correcta en este tipo de papeles, y el hasta ahora desconocido Domhnall Gleeson.

UNA CUESTION DE TIEMPO 2El argumento se sustenta en torno a un «perdedor» de 21 años al que su padre desvela que todos los hombres de la familia tienen la capacidad de viajar en el tiempo. A partir de aquí la trama podría haber girado hacia la ciencia ficción, pero en este caso se centra en el amor: a la pareja, a los padres y a los hijos. Tiene claras inspiraciones de «Atrapado en el tiempo», la legendaria película de Bill Murray, pero va más allá. Consigue tocar la fibra sensible, sin ser empalagosa. Y dura solo dos horas, algo de agradecer últimamente.

Al fin y al cabo, cine sin demasiadas pretensiones, pero que deja muy buen sabor de boca  y hace plantearse algunas cuestiones sobre la vida.