Hace 15 días escribía una entrada en este mismo blog cuestionando la ética de hacer televisión con niños. Y hoy me vuelvo a hacer úna pregunta relativa a este tema. ¿Habría que emitir un programa en el que sale una niña que acaba de fallecer de cáncer? La respuesta es muy complicada. A priori diría que no. Porque ¿cómo reaccionarán ante este asunto miles de niños que ven el programa cada jueves? ¿Cómo les puede afectar? Supongo que negativamente. Pero, por otro lado ¿podría ser buena la emisión para los pequeños que estén librando la batalla contra esta enfermedad? ¿Tal vez les serviria de ejemplo la actitud positiva de Iraila a la hora de afrontar el problema?
Durante un par de días supongo que Paolo Vasile se habrá hecho estas preguntas. De hecho ha habido incertidumbre sobre si se iba a incluir la actuación de la niña, pero estando Telecinco de por medio, todos sabíamos que sí. Han pedido permiso a la familia y ésta lo ha concedido. Según La Vanguardia «responsables de la cadena se desplazaron al tanatorio y los familiares les dieron el beneplácito, confirmando que Iraila hubiese querido que se emitiese». No sé si el tanatorio es el mejor lugar para negociar estas cosas, pero en Mediaset habrán acelerado las gestiones al máximo por si tuviesen que hacer modificaciones de cara a la emisión. Estoy seguro de que la actuación de Iraila romperá audímetros, subirá la curva de audiencia y posibilitará vender a mayor precio la publicidad de los siguientes programas. Por eso, no estaría de más que Telecinco destinase esos beneficios a alguna de las asociaciones que en este país luchan con tanto ahinco por curar el cáncer infantil.