Rachel McAdams

¿SE DESINFLA «TRUE DETECTIVE»?

Se ha escrito muchísimo sobre la primera temporada de «True Detective» y muy poco sobre la segunda. De hecho es difícil encontrar gente con la que debatir sobre esta segunda entrega. Todavía no sé si se trata de otra obra maestra o es una temporada más. Estoy todavía en el cuarto capítulo y esperaré a que acabe para hacer valoración global. Por un lado me gusta el hecho de que sean cuatro los protagonistas principales. Evidentemente se echa de menos al Rust Cohle interpretado por Mathew McConaughey. Era un personaje hipnótico. Uno de los principales artífices del éxito de la primera parte. Y Woody Harrelson también rayaba a un gran nivel. Por eso, para compensar el listón tan alto que dejaron, han optado por un cuarteto. Rachel McAdams, acompañada por Collin Farrel, Vince Vaugh y un desconocido Taylor Kitsch. La actriz está muy bien en su papel de detective atormentada . Salvando las distancias, ha llevado caminos paralelos en su carrera a los de McConaughey: ha pasado de comedias pastelonas a papeles con aristas. De hecho aquí todos los personajes están otra vez mortificados. Y ese es uno de los grandes alicientes de la serie.

TRUE DETECTIVE 2

El escenario no es tan hipnótico como en la primera, pero la ciudad de Vinci sirve muy bien como alegoría de los defectos de la sociedad moderna: avaricia, corrupción, falta de valores o egoismo. Habla además de temas universales como la amistad, el matrimonio o la homosexualidad. En «True detective» 2 cabe todo. Quizá demasiado. Es recargada. Muy barroca. Ya no hay tanta capacidad de sorpresa y por eso no es tan redonda. La presión de intentar igualar a la primera hace que cojee. Pero aún con todo, una vez que acabe, confío en que dejará un buen sabor de boca.

UNA CUESTIÓN DE TIEMPO: ODA A LA PATERNIDAD

CUESTION DE TIEMPO 3A priori «Una cuestion de tiempo» puede parecer una comedia romántica al uso, pero eso es solo el envoltorio. En mi opinión esconde dentro una hermosa alabanza a las relaciones entre padres e hijos. El director Richard Curtis acierta con los personajes y apela a los sentimientos, al igual que hizo en el guión de «Cuatro Bodas y un funeral», «Notting Hill» o «Love Actually».  Aquí se centra en tres de los personajes y, aunque no es tan coral como sus anteriores éxitos, también hace brillar a los secundarios.

BILL NIGHYEl trío principal realiza interpretaciones creibles y carismáticas. La película gana sobre todo en las secuencias de Bill Nighy, actor británico con más de 40 pelis en su currículum. Pero también funciona la química que se palpa entre, Rachel McAdams, siempre correcta en este tipo de papeles, y el hasta ahora desconocido Domhnall Gleeson.

UNA CUESTION DE TIEMPO 2El argumento se sustenta en torno a un «perdedor» de 21 años al que su padre desvela que todos los hombres de la familia tienen la capacidad de viajar en el tiempo. A partir de aquí la trama podría haber girado hacia la ciencia ficción, pero en este caso se centra en el amor: a la pareja, a los padres y a los hijos. Tiene claras inspiraciones de «Atrapado en el tiempo», la legendaria película de Bill Murray, pero va más allá. Consigue tocar la fibra sensible, sin ser empalagosa. Y dura solo dos horas, algo de agradecer últimamente.

Al fin y al cabo, cine sin demasiadas pretensiones, pero que deja muy buen sabor de boca  y hace plantearse algunas cuestiones sobre la vida.