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BREAKING BAD

BREAKING BAD EL CAMINO

Netflix ya ha estrenado la tan esperada secuela de «Breaking Bad«. No es serie sino película y cuenta las andanzas de Jesse Pinkman, el socio de Walter White. En mi opinión no está a la altura de la serie. Pero eso es harina de otro costal. Aquí quiero hablar de la original «Breaking Bad», una de las ficciones con más capas y complejas de los últimos 15 años. Empecé a verla hace un tiempo y la dejé porque no me terminaba de enganchar. La retomé ante la instistencia de mucha gente. Y me ha conquistado. Porque no es sólo la historia de un profesor de instituto al que diagnostican cáncer y acaba cocinando metanfetamina. Es mucho más. Almodovar dijo que es «lo que Shakespeare hubiese escrito si viviese en nuestra época». «Breaking Bad» habla de la condición humana. De las pasiones más bajas: avaricia, ira, lujuria, etc. Con una pátina de humor, radiografía las relaciones de pareja, de amistad o profesionales como casi ninguna otra serie ha hecho. Es el reflejo de una sociedad norteamericana podrida. En descomposición en todos los ambitos.

Nunca sabes qué género es, si drama, comedia o thriller. Cuesta entrar. No es fácil de digerir y ocurre como con «Los pilares de la tierra». En el libro tienes que llegar a las 100 primeras páginas para que te atrape y aquí hay que superar el cuarto capítulo.
En cuanto a los actores y personajes, Brian Cranston, se sale como Walter White. Actúa e incluso dirige algún capítulo. El hijo es en mi opinión el más coherente de todos los personajes. Y entre los secundarios destaca Skyler, la mujer, y el cuñadísimo, intepretado por Dean Norris. No hay termino medio. A los personajes los odias o los amas. La hermana de Skyler pr ejemplo saca de quicio.

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No envejece mal. Y es que nada es accesorio en «Breaking Bad». Todos los capítulos y temporadas están hiladas. Encuentras continuas referencias. Se menciona desde «El Padrino» hasta Pablo Escobar. Se permiten también extravagancias. Poner la camara encima de una aspiradora Rumba o dedicar un capitulo entero a una mosca. Si no la habéis visto, dadle una oportunidad.

¡Larga vida o muerte, según se vea, a Walter White!