Mes: junio 2019

TRAS JUEGO DE TRONOS… CHERNOBYL


Una vez más HBO ha demostrado que es una cadena habilísima programando. Después de dejarnos huérfanos con el final de Juego de Tronos, han ejecutado una jugada maestra ofreciendo a continuación una gran serie como es Chernobyl. Aunque a priori no compartan público objetivo, las series de calidad enganchan. Y Chernobyl es tan buena que se ha convertido ya en la mejor evaluada de la historia en IMDB con un 9,6 sobre 10.

Una de las razones de este éxito puede residir en que no se trata de una historia de catástrofes al uso. Es una serie de sentimientos. De cómo un accidente afecta a la gente. La central nuclear es sólo el telón de fondo. Un telón muy potente, claro. Pero impacta porque nos sentimos representados. Empatizamos con el bombero que acaba muriendo en el hospital, con la científica que quiere aclarar las causas del accidente o con los mineros que se sacrifican por un bien mayor.

La escenografía es espectacular. Está rodada en una antigua central nuclear de Lituania y te mete totalmente en la historia. Según han publicado algunos supervivientes, la serie retrata fielmente la época en la que se produjo el accidente. Desde el opaco espíritu soviético, pasando por la frialdad de los pisos o un realista vestuario. Ha tenido, además, la capacidad de devolver a la opinión pública el debate sobre los peligros de centrales nucleares como la de Chernobyl.

ATENCIÓN: no es apta para aprensivos. Muestra de manera cruda las consecuencias de la radiación. En personas, sobre todo, pero también en animales y cultivos. Aunque todo está justificado con un fin realista. Desde los vómitos hasta el momento en el que el hormigón cae sobre los ataúdes en un entierro. Los personajes fuman. Mucho. Beben botellas y botellas de vodka. A ratos mostrado con montaje muy rápido. Otros con larguísimos planos secuencia. Nada sobra.

Casi la única crítica que ha recibido es que los personajes hablen en inglés. Pero se le perdona y más si los actores son tan buenos. Emily Watson totalmente creible como integrante del Instituto de energía nuclear de Bielorrusia. Stellan Skarsgard sobrio, como siempre. Y un menos conocido Jared Harris, la auténtica revelación, dando vida al científico Valeri Legasov.

No parece que la historia dé para una segunda temporada, pero esperemos que Craig Mazin siga trabajando en proyectos de este estilo. Por mi parte larga vida a las miniseries autoconclusivas.