Voy a contar un cuento a raiz del estreno de la peli «El doble más quince» de Mikel Rueda. Era el primer viernes de febrero de 2001: un grupo de estudiantes de Comunicación Audiovisual de la Universidad de Navarra preparaban exámenes. Horas de risas en la biblioteca, de poner motes y dibujar esquemas a boli. A última hora de la tarde decidieron ir al cine para «liberar un poco la cabeza» de tanto estudio. Miraron la cartelera en el periódico y eligieron la película de un director casi novel: Christopher Nolan. Era «Memento» y precisamente no les liberó la cabeza, si no que se la hizo explotar. Dos horas enganchados a la butaca del cine Golem sin dejar de darle al tarro. Y ese efecto duró semanas.

Pasaron los años y uno de esos estudiantes consiguió entrar como productor en un programa de éxito de la «ETB». Era «Vaya Semanita». Buen sueldo y trabajo interesante. Pero ese estudiante, ya licenciado, soñaba con ser director de cine, no productor. Y a pesar de ser vasco, su cabezonería casi «maña», le llevó a dejar la zona de comfort, que de manera tan cursi se denomina ahora, para convertirse otra vez en estudiante. Esta vez de cine en Nueva York. Rodó cortos, una peli, otra y 18 años después estrenó largometraje en ese mismo cine de Pamplona y en otras 40 salas más de España. ¡Con Maribel Verdú como protagonista!
Amigos, los sueños se cumplen. A veces, solamente hay que perseguirlos.